Por Javier Salinero Martín.
Hace diez años el calzado minimalista era cosa de frikis. Hoy es una moda.
Marcas, influencers y revistas lo venden como “la revolución natural del movimiento”.
Curioso: lo natural no debería necesitar marketing.
Lo que está pasando
Las grandes marcas se han subido al tren del minimalismo… pero con freno de mano.
Te venden zapatillas “minimalistas” con 30 mm de suela y cámaras de aire.
Drop de 8, 10, 12… ¡y lo llaman barefoot!
El problema
El minimalismo nació para liberar al pie, no para disfrazarlo.
Pero claro, vender una suela de 3 mm sin logo ni espuma no da beneficios.
Así que ahora tenemos un “minimalismo con amortiguación”.
Una contradicción en sí misma.
Lo que deberíamos recordar
Minimalismo no es estética, es función.
No se trata de parecer “natural”, sino de recuperar la función natural del cuerpo.
Conclusión
Caminar natural no está de moda.
Está en tu ADN.
Y mientras algunos lo vendan como tendencia, tú puedes vivirlo como un regreso al origen.